¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨ARTE, CIENCIA Y POESÍA
domingo, 26 de enero de 2014
Hades: Epifanía de la Novena Puerta
Dibujo de "Hades: Epifanía de la Novena Puerta", 2014, técnica mixta, 80 cm. x 1 m.
Inquietantemente atrayente, admirada Gabriela. Telúrico y vaginal, a lo Odilon Redon o Gustave Moureau. La acumulación redimensiona la escena, en la que hablan, dalinianamente, los planos que las figuras nos permiten intuir con sus contornos. Otro poema de líneas que nos regalas
Ábradas, lo que has dicho es un regalo, citas a dos creadores muy admirados y hablas de lo "telúrico y vaginal" que es el centro de gravedad de este dibujo. Es mágico sentirse entendida en el símbolo o la representación final de una obra y cuando encuentras en el observador el acierto absoluto del lenguaje que has elegido no sabes la enorme recompensa que supone. Mi agradecimiento es poco. Gracias infinitas amigo Ábradas.
Me declaro ignorante absoluto en mitología y más todavía en mitología griega. Pero en inglés, y por mi manía por el ensayo, yo titularía a este cuadro HADES REVISITED. No veo inframundo por ninguna parte, ni en el sentido que parecía tener para los griegos ni en el que le dieron los cristianos, obsesionados con el castigo infernal. Veo un paraíso terrenal y, a lo sumo, celestial. Ni que decir tiene que porque adoro las serpientes :).
Gracias, Pepe. Me gustaría decirte que la afinidad entre mística y erotismo es algo a lo que no puedo escapar ni en mis poemas ni en mis dibujos, me dejo llevar por lo que Barthes denomina el “texto paradisíaco”, un lugar donde todos los significantes están en él pero ninguno alcanza su finalidad, donde el autor (o el lector) parece decirles: os amo a todos (palabras, giros, frases, rupturas…), en este caso serían los símbolos y figuras de la composición las que se pliegan a la proyección de deseo del autor o a la del observador. Nada hay de castigo en su gesto corporal ni en sus facciones. De este modo, serpientes y presencias femeninas son la misma redistribución paradisíaca, son una misma cosa (yo también adoro las serpientes). Agradecida siempre.
¡admirable!
ResponderEliminarsaludos
Mil gracias Omar, agradezco mucho tu visita, es una alegría pues ando algo desconectada de blogger.
EliminarUn gran saludo.
Inquietantemente atrayente, admirada Gabriela. Telúrico y vaginal, a lo Odilon Redon o Gustave Moureau. La acumulación redimensiona la escena, en la que hablan, dalinianamente, los planos que las figuras nos permiten intuir con sus contornos. Otro poema de líneas que nos regalas
EliminarÁbradas, lo que has dicho es un regalo, citas a dos creadores muy admirados y hablas de lo "telúrico y vaginal" que es el centro de gravedad de este dibujo. Es mágico sentirse entendida en el símbolo o la representación final de una obra y cuando encuentras en el observador el acierto absoluto del lenguaje que has elegido no sabes la enorme recompensa que supone. Mi agradecimiento es poco. Gracias infinitas amigo Ábradas.
EliminarG*
Me declaro ignorante absoluto en mitología y más todavía en mitología griega. Pero en inglés, y por mi manía por el ensayo, yo titularía a este cuadro HADES REVISITED. No veo inframundo por ninguna parte, ni en el sentido que parecía tener para los griegos ni en el que le dieron los cristianos, obsesionados con el castigo infernal. Veo un paraíso terrenal y, a lo sumo, celestial. Ni que decir tiene que porque adoro las serpientes :).
ResponderEliminarGracias, Pepe. Me gustaría decirte que la afinidad entre mística y erotismo es algo a lo que no puedo escapar ni en mis poemas ni en mis dibujos, me dejo llevar por lo que Barthes denomina el “texto paradisíaco”, un lugar donde todos los significantes están en él pero ninguno alcanza su finalidad, donde el autor (o el lector) parece decirles: os amo a todos (palabras, giros, frases, rupturas…), en este caso serían los símbolos y figuras de la composición las que se pliegan a la proyección de deseo del autor o a la del observador. Nada hay de castigo en su gesto corporal ni en sus facciones. De este modo, serpientes y presencias femeninas son la misma redistribución paradisíaca, son una misma cosa (yo también adoro las serpientes). Agradecida siempre.
ResponderEliminar